21/11/13

Leyendas

El arcoiris se reflejaba en un charco hasta que Enda saltó encima de él y se deshizo.

- ¡Nunca encontrarás el tesoro!

- ¿Que tesoro? - preguntó Niamh.

- El del duende, lo esconde al final del arco iris. Pero es bastante astuto, no creo que una niña pequeña como tú pudiera atraparlo.

- ¡Claro que puedo! Solo dime donde encontrarlo.

Enda fijó su mirada azul en la de ella.

- Tendrás que ir a buscarlo al bosque, el leprechaun trabaja allí arreglando zapatos. Puedes engañarle diciendo que necesitas que arregle tus zapatillas. Si consigues fijar tu mirada sobre él de esta manera no podrá escapar y tendrá que decirte donde lo esconde. Ten cuidado, puede que te haga alguna travesura y desaparezca.

- ¿El bosque de detrás del colegio? Podemos ir ahora.

- No creo que consiguiéramos llevarnos un caldero lleno de monedas de oro, es demasiado pesado.

Niamh caminaba cabizbaja y muy seria. Su trenza trigueña destacaba sobre el abrigo verde pistacho. Él sabía que estaba pensando algo y se sonreía mientras la observaba.

- Podríamos pedir ayuda a un hada, ella nos ayudaría haciendo que el caldero fuese más ligero.

- ¡El duende odia a a las hadas! Solo les hace un zapato, nunca les da el par, por eso ellas prefieren ir descalzas.

- Pues entonces nos quedamos sin tesoro, si hubieras dejado que llegase al final del arco iris, lo hubiésemos encontrado sin necesidad de ir a buscar un duende. Aunque creo que el duende eres tú, ¡eres un poco bajito!

La niña salió corriendo provocando a Enda para que la siguiera. Probablemente éste la alcanzaría al poco tiempo, tirando de su trenza y haciéndola reír a carcajadas. Desde que nació, cuatro años después que él, la había cuidado. La veló en su cuna y vigilado sus primeros pasos en el jardín, le había leído cuentos y habían vuelto del colegio juntos todos los días. Muchos años verían a Niamh saliendo de casa y detenerse ante la puerta de su vecino para preguntar si saldría a jugar después de los deberes, y a los dos niños sentados debajo de un árbol contándose historias de duendes, hadas y brujas.

Seguirían por mucho tiempo bailando dentro de anillos de hadas, saltando charcos y persiguiendo sueños a través de prados verdes.


24/10/13

Bruxelles, une capitale pour rire (4)

Pero en Bruselas no todo son camareros bordes, calles sucias y una burocracia sin esquemas. Antes de venir no hacía más que oír que esta era una ciudad aburrida, que en invierno estaba muerta y no había nada que hacer. Todo lo contrario. Aquí hay mil y un festivales, actividades culturales, conciertos...no hay fin de semana que no haya al menos un evento, si no es más de uno y ya no sabes ni a cual acudir. Para muestra, ahí van unos cuantos: Les apéros urbains, Antitapas, la Nuit blanche, la Semaine de la mobilité, el Festival del comic, Beer weekend, la semana del chocolate, Bruxelles les Bains, Vintage market, la Fète de la Wallonie, Fête de l'Iris, los picnics urbanos, los apéros en el rooftop del parking 58, Brussels film festival, Maratón de Jazz, Museums nocturnes, Brussels summer festival, el día del orgullo gay, les Plaisirs d'hiver, le Zombie day, la feria de Midi, Welcome weekend, Journées du Patrimonie, la Fête de la musique, la Fête nacionale, Ballon's day parade, el día de buscar huevos de chocolate... y los que me dejo. ¿Aburridos?

Esto se suma al montón de bares, restaurantes y discotecas. La gastronomía belga no es súper elaborada ni extensa, pero tienen platos de carne (a la cerveza) muy buenos y también puedes encontrar restaurantes de comida de cualquier parte del mundo. Además les gusta cuidar la estética de los locales y solo la decoración, el ambiente, la música hacen que merezca la pena entrar y tomarte algo. Cada uno con un estilo según lo que te apetezca ese día, una vuelta a principios del siglo XX, algo más minimalista, decoración con objetos recuperados… aquí encuentras lo que quieras.

Adoro todo lo que sea de segunda mano. Este es el paraíso de las antigüedades, los brocantes, las tiendas y mercadillos de segunda mano y el vintage. Todo se reutiliza. Si quieres deshacerte de algo, vas a les Petits Riens y lo donas y de paso te compras un mueble monísimo por 5 euros. Cada barrio hace su mercadillo al menos una vez al año (broncantes) y la gente sale a vender sus cosas viejas, pero no hace falta esperar tanto porque todas las mañanas en la plaza de Jeu de Balle hay mercado (el paraiso de las teteras y los platos). Que quieres dejar de ir vestida como todas las niñas de 15 años, te vas a Think Twice Ttwo o Vintage per kilo y te compras un jersey de los años 80 o una falda setentera. Una tarde te aburres, pues entras en la tienda de enfrente de Notre-Dame de la Chapelle y te pierdes entre su laberinto de trastos de otros siglos. O pasas las horas buscando entre libros viejos, discos y películas en el Pêle-mêle. Todo vale y todo es susceptible de ser transformado.

La arquitectura es otra de las cosas que me obsesionan. Intento observar todas las casas mientras paseo (por eso puedo caer en una zanja o tropezarme con un adoquín suelto, típico). Son estrechas y alargadas, y todas distintas. Unas más sencillas y algunas recargadas al máximo. Además hay montones de edificios Art nouveau (¡gracias Víctor Horta!), autenticas obras de arte con preciosas vidrieras, dibujos en las fachadas, aceros forjados en espiral... Nunca está de más salir a explorar nuevas calles y barrios y descubrir sus "maisons de maître".



9/10/13

Bruxelles, une capitale pour rire (3)

Los bruselenses tienen los monumentos y símbolos nacionales más frikis: un niño en miniatura meando agua en forma de fuente es el héroe nacional; el Atomium, un monumento que representa un cristal de hierro gigante (de lo más fotogénico, eso sí); las patatas fritas son su comida más representativa (hacen concursos de patatas fritas y discuten sobre donde se comen las mejores de la ciudad ¡por Dios, que solo son unas patatas fritas!), y hay una salsa llamada andaluza ¿por qué andaluza? ¿Tiene algo que ver con los flamencos (los de Flandes)?

En Bruselas hay tres idiomas oficiales, lo cual es un maldito lío cuando buscas trabajo, porque oye, los tres no, pero en dos de ellos te defiendes, pero no vale. Si buscas trabajo eso no es suficiente. Para trabajar de cara al público si no eres bilingüe en francés/neerlandés no tienes nada o muy poco que hacer (¿quién leches quiere hablar neerlandés?). Y mira que aquí para trabajar de camarero no hay que ser ni agradable, pero hablar, habla perfecto y con acento belga ¿eh? Además, que poco aprecian que lo intentes y hables en francés con ellos, al mínimo fallo gramatical o de pronunciación que haces te cambian directamente al inglés, y tú qué quieres practicar francés haces caso omiso y sigues contestando en este idioma, y así comienzan todas las absurdas conversaciones en french-english.

Sistema de basuras. Es muy sencillo (o no): solo puedes tirar tus deshechos contenidos en las bolsas oficiales de la zona de Bruselas capital. Hay bolsas de tres colores diferentes, la bolsa blanca para desechos orgánicos, la azul para envases (ojo, no todos los envases van aquí), la amarilla para papel y cartón, y las cosas más complicadas y tóxicas se llevan a sitios especiales (no he descubierto aún donde tirar las pilas). La blanca se tira solo dos días a la semana, mira en el calendario que días se tira en tu zona/comuna; la azul se tira un día a la semana y a la siguiente le toca a la amarilla, osea una vez cada quince días (menudas cacho de bolsas azules se llenan), Ah, no hay contenedores, déjalas tiradas en tu farola o esquina más cercana, ya la cogerán...

Los policías de la capital belga van a pie, a caballo, en coche, en moto, en segway, en bici... los verás por todas partes paseando tranquilamente infundiendo respeto. Oirás cada día no menos de tres sirenas y un coche a la carrera esquivando todo lo que se encuentre a su paso. Los verás excepto cuando los necesites. Cuando de verdad pase algo donde deberían aparecer e intervenir, huelen el peligro y huyen.

¿Como conducen por estos lares? Como los locos. Son impacientes y muy agresivos. Más de una vez me han pitado por estar cruzando por un paso de cebra con el semáforo en verde para peatones. Si el coche de delante tarda un segundo más de lo normal en arrancar cuando el semáforo cambia, no esperan y adelantan a toda velocidad a los coches parados. Puedes encontrarte un coche en doble fila en mitad de una calle cortando el paso y que el conductor siga dentro inmune a los gritos y pitidos de los que se quedan detrás. Y hacen unas "pirulas" inimaginables. Esto es la jungla.

Pero una de las cosas más preocupantes que están pasando por aquí es el tema del acoso sexual a las mujeres (por no hablar de temas políticos, racismo, problemas entre las distintas etnias y religiones que aquí conviven...) Por lo visto hay bastantes casos y denuncias. Sobre todo acoso verbal. Es asqueroso y bochornoso tener que pasar por ciertos lugares y aguantar que una panda de indeseables te miren y te digan cosas (muchas veces viene bien no entenderlo), y además que no puedas plantarles cara porque es mejor no decir nada e intentar obviarlos, puede que si te encaras con ellos te metas en un problema. Te hacen sentir vergüenza a ti que no has hecho nada más que pasar por ese lugar. No es problema exclusivo de Bruselas, cuando voy a España veo como esto pasa cada vez más, pero aquí  este tipo de aptitudes ya son más que palpables. Esta ciudad es una bomba de relojería, solo hay que esperar hasta que se acabe del todo el dinero y veremos como acaban.

Se me olvidaba...¡el agua! El agua de Bruselas es simplemente asquerosa. Tiene más cal que las fachadas de las casas de mi pueblo. Todo se queda blanco al secarse, el fregadero, la vajilla, los azulejos del baño, la cortina de ducha... Es indispensable tener una de esas jarras con filtro o si no dentro de unos años tendremos una piedra en lugar de riñón. ¡Viva el agua de Madrid!

Bruxelles, une capitale pour rire (1)
Bruxelles, une capitale pour rire (2)
Bruxelles, une capitale pour rire (4)
Bruxelles, une capitale pour rire (5)

6/10/13

Bruxelles, une capitale pour rire (2)

Paseemos por el empedrado. La mayoría de las calles están empedradas, como antiguamente, que bonito, que aire del pasado, te sientes como transportado a otro siglo en el que los coches de caballos poblaban las calles y... ¿cómo consigo llegar del punto A al punto B sin destrozarme las plantas de los pies, torcerme un tobillo y romperme tres dientes? No hay día que no tropiece una o dos (o tres y cuatro) veces y llegue a casa con la punta de los zapatos medio rota y levantada. Llevar tacones aquí es algo que casi ni me planteo ya, y  me asombra la capacidad que tienen las autóctonas para llevar taconazos de infarto y a pesar de ello nunca se les quede uno atrapado entre dos adoquines, y que anden con esa rectitud y dignidad que yo pierdo a cada paso.

También tienes que sortear las obras. Preservar ese empedrado es difícil, cada día se abre un nuevo agujero, se tienen que poner los adoquines uno a uno, con toda la paciencia del mundo. A lo lejos ves nuevas vallas con rayas amarillas y azules en la esquina. Les gustan las obras, es una ciudad interminable, nunca estará completa, nunca se acabarán los arreglos y los parches. Y no empezarlas también es un hobby, ellos plantan las vallas y ya veremos cuando empiezan. Los andamios del palacio de justicia llevan puestos desde hace más de 20 años y allí siguen, oxidándose.

Otro "must" belga: pagar para ir al baño. Yo creía, inocente de mí, que hacer tus necesidades en un lugar medianamente higiénico era un derecho. Vale sí, nadie pone baños en mitad de la calle por amor al arte, mantenerlos cuesta, cuanto menos, esfuerzo. Pero de toda la vida tú has ido a un centro comercial a comprar y has podido pasar al baño (gratuitamente), o has ido a un bar a tomarte una caña y cuando tu vejiga no ha soportado más te has ausentado un momentito para ir al excusado del fondo a la izquierda. Incluso en la estación de Atocha a las 5 de la mañana cuando volvías de darlo todo a coger el primer tren corrías al baño asqueroso que hay donde el invernadero, y que era gratis (porque vamos a copiar esta cosa súper-ultra-mega moderna y europea en Madrid). Pero aquí, en el país de la cerveza, cuando ya llevas una Chimay y la Jupiler de después porque dos Chimay a 4 euros no te lo puedes permitir, vas al baño ¿y qué te encuentras? un cartelito que dice que orinarás previo pago de 50 céntimos y un/a señor/a ofreciéndote un trocillo de papel higiénico. ¿Los 6 euros que me acabo de gastar en cerveza no me dan derecho a devolverla convertida en aguas menores? Lo mismo te pasa en estaciones, centro comerciales, etc, etc, etc... Bueno no en todos los sitios, ya tengo fichados unos cuantos sitios free-piss.

El que no sea tan fácil encontrar un sitio donde orinar hace que las noches del fin de semana las calles sean un auténtico "meadero" apestoso, y estoy harta de bajar el domingo por la mañana, abrir el portal y que me reciba una oleada de olores nauseabundos y charquitos en el suelo. Para intentar evitar esto hay una serie de urinarios públicos por la ciudad, en sitios muy estratégicos como el lateral de una iglesia o el centro de una plaza, de los que salen ríos de orina, que huelen y que por supuesto solo son para hombres ¿las mujeres no hacemos esas cosas?

Aquí la gente que trabaja cara al público no ha oído en su vida eso de de que "el cliente siempre tiene la razón", es más, para ellos debe ser algo así como "el cliente es el enemigo, trátale lo peor que puedas". Los camareros, funcionarios, trabajadores del transporte público... son mundialmente conocidos por su mala leche y su poca educación. Te pueden gruñir, gritar, echarte la bronca, tirarte el dinero/la comida/la bebida de malas maneras, etc. Eso si te llegan a atender, porque aquí sentarte en una terraza y pedir una cerveza puede ser misión imposible. Y cuando al fin consigues que te atiendan, espera otra media hora a que te lo traiga, eso si te lo trae, o vuélvele a llamar, espera otra media hora, vuelva y le recuerdes lo que has pedido. Y si te lo trae una hora después, milagro si te ha traído lo que pediste, si no espera otro rato, y cuando al fin tengas tu cerveza sobre la mesa, sigue las instrucciones para pagar: págale en el momento, si puedes el importe exacto y si sois varios nada de decir que os cobre por separado ¡eso jamás! que se lía. Después de estas dos horas de estrecha relación con tu camarero, jamás te regalará una sonrisa o un gesto de amabilidad.

Los trámites administrativos que tienes que hacer para cualquier cosa dependen de...de lo que le apetezca al funcionario que te toque ese día. Nadie ha hecho nunca los mismos trámites para conseguir la misma cosa. No se sabe exactamente que procedimiento vas a tener que seguir, que papeles tendrás que rellenar, a cuantos sitios distintos vas a tener que ir, ni cuanto vas a tardar. Es un misterio, ellos tampoco lo saben. Y eso siempre y cuando antes hayas esperado una cola de una hora para coger un número de turno para ir a otra ventanilla y esperar otras tres horas suplementarias para que te llegue tu turno. Además, te enfrentas a un funcionario, y eso implica que sí, te pueden gritar.

2/10/13

Bruxelles, une capitale pour rire (1)

J'aimerais écrire en français toutes les choses que je pense de Bruxelles, mais apprendre cette langue est impossible! Un jour je la déteste, le suivant je l'aime et je parle, je me sens capable. Probablement dans ces quelques lignes il y aura plus de 1000 fautes orthographiques et grammaticaux. C’est normal? J'y suis arrivée il y a un ans, je l'étudie depuis 8 mois, est-ce que j'apprendrai? Je ne comprends rien de ce pays, de cette ville de fous et de cette belle langue mais aussi compliquée.

No hace falta hablar del tiempo (que no hay casi sol, la lluvia, el frío, la nieve, la inexistencia del verano, blablablá..) porque todo eso es inevitable, estamos en este trozo de tierra apaleado por todo tipo de borrascas y el clima es así, no hay nada que hacer, punto. Tampoco quiero compararla con España, aunque soy consciente de que el hecho de que haya cosas que no entiendo/no me gustan viene precisamente de esas diferencias entre nuestras culturas, y tender a compararnos es lo normal. Supongo que el principal problema de este caos de cosas incomprensibles se deba a que aquí hay casi más gente de fuera que belgas (belgas de los de toda la vida vaya) y de esta mezcla y los problemas que tienen para intentar poner orden surgen las cosas más inverosímiles. A los bruselenses estas locuras les parecen normales (y punto). Pero también hay muchas cosas que me gustan. La lista es más pequeña, suele pasar que nos fijamos más en lo malo que en lo bueno, y aún así estas superan todos los inconvenientes que pueda tener esta ciudad (y su clima).

Empecemos por los transportes públicos, y que es lo que pasa cuando llegan esos días de calor bochornoso, porque aquí también hace calor a veces y entonces es casi insoportable. Los belgas tienen tan asumido que en este país el verano no existe que han ahorrado en ventilación. No hay aire acondicionado en ningún sitio, ni público ni privado. Esos días ves a los típicos "expats" cruzando por el Boulevard Anspach ventilador en mano recién comprado en el Brico, porque literalmente en casa se les derriten hasta los lápices. Al metro es mejor no bajar porque puedes convertirte en un charco de sudor y desaparecer, en el autobús ¡las ventanas no se pueden abrir!, y hacer un viaje en tren puede ser como hacerlo hacia el infierno.

Nadie respeta la norma de civismo básica "primero se deja salir y luego se entra". Al intentar salir del vagón del metro o del autobús tienes que luchar contra un muro de zombis cuyo único objetivo es entrar a toda costa, aunque no haya sitio, aunque sea mejor dejar salir a los que están dentro para que hagan hueco, no, no y no, tienen que entrar antes. Con lo cual se produce el colapso, nadie puede entrar, nadie puede salir, la inmovilidad, la confusión, ¿qué hacemos aquí?, ¿de dónde venimos? Por no hablar de los que en el vagón se sitúan taponando las puertas aunque el resto esté vacío, porque mola más ir apretados y calentitos. En cualquier caso tendrás que meter algunos codazos y pisotones para que te dejen llegar a la puerta. Conclusión: es difícil salir del transporte público.

Otra cosa que a veces se convierte en un gran problema es comprar un ticket de metro/bus. En la ventanilla del metro no aceptan más de 8 monedas, así que como tengas mucho suelto y reúnas tus últimos 50 céntimos en monedas de 5 y 10 céntimos vas listo (te dirán muy "amablemente" que te metas tus monedas por donde te quepan), mejor dale un billete, pero ojo que tampoco aceptan billetes de 50 euros..., puedes ir con tus moneditas a la máquina expendedora, pero ahí no te aceptarán los billetes. Y no se te ocurra subirte al bus y pedirle al conductor un ticket, ¡el conductor no es un cajero!, bájate, ve a la máquina y sácalo allí, pero con monedas, ¿eh?

Lo que me hace más gracia de la STIB (el sistema de transportes de Bruselas) es que tienen una preciosa aplicación para el móvil que te dice los horarios de las distintas líneas e incluso te informa en tiempo real de lo que queda para que llegue... todo para que tú te fíes del horario oficial de tu bus que lo coges en la primera parada, la de cabecera, vayas con el tiempo de sobra para cogerlo, y que al llegar te encuentres con una parada desierta ¿? Comprobado, salen antes del horario oficial. Tienen también unas muy bonitas pantallas en el bus en las que pone "quedan "x" minutos para partir" y tú que vas subido mirándolas, ya por la tercera parada diez minutos después de salir y ves en la pantallita "partida inminente"... y tan inminente.


19/8/13

Sardegna

Mar mar mar mar mar mar mar mar.
Mar calmo, mar revuelto, mar bravo, mar frío, mar templado, mar transparente, mar turbio, mar oscuro, mar verde, mar azul, mar esmeralda, mar salado.











17/6/13

Borrador

Tengo montones de entradas guardadas como borradores que seguro no serán nunca publicadas. Empezar algo y no acabarlo, ese podría ser el subtítulo de mi vida. Pasarse los días pensando que quiero escribir, y no hacerlo, que tengo que hacer esa carta de presentación, y no empezarla (y no enviarla), que voy a ir allí, y al final quedarme en casa pensando en lo que tengo que escribir, en lo que voy a enviar, en donde voy a ir.
Pasó el invierno, el más largo y frío de mi vida, y casi sin rastro está a punto de irse la primavera. Y este blog sigue vacío. Me está esperando, y yo también estoy esperando algo que no llega. Cada noche me convezco de eso de que si se si quiere se puede, y al día siguiente me vuelvo a caer en mi realidad de imposibilidades, y de que, al fin y al cabo, me da pereza este mundo.
Así que estamos llegamos a un nuevo verano-paréntesis, uno de tantos ya, un verano para reposar, tener calor, ver el mar, disfrutar, soñar y darme tiempo hasta que en septiembre el mundo me vuelva a engullir.


22/1/13

Nota, para que no pase de largo

En esta ciudad que dicen es de grises, hay colores en los murales, en la música del metro, en las tiendas de segunda mano, en nuestras pisadas. Pasan de largo con sus historias, las mismas que en cualquier lugar.

Podrían ser bolsas de basura cubiertas de nieve en la acera.

3/1/13

Un 3 de enero

Aterrizando en Irlanda, me había ido de mi país por un tiempo, al menos hasta julio. Gracias a eso, un año después puedo decir que me comunico en inglés, empiezo a hacerlo también en francés, vivo en mi propia casa, conozco nuevos lugares y personas (un montón más), lo he pasado tan bien como solía hacerlo antes (y he vuelto a tener esas resacas horrorosas), he podido dejar de pensar a ratos en todo lo que iba mal, he cumplido los terribles treinta sin darme cuenta y tengo unas amigas maravillosas a las que ese 3 de enero aún no conocía. 

Además, puedo medio tachar algo de mi lista,

No tener frío


¿En qué estrella estará mi dulce corazón?

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?