1/7/20

Julio

Hemos llegado al ecuador de este año raro. Yo ya ando contando los días para volver a ver el mar, entre historias sobre limoneros y paisajes italianos que descubro en el libro que estoy leyendo, y la búsqueda de las próximas lecturas que evoquen veranos eternos y paisajes costeros. Este es el mes en el que las preocupaciones quedan aparcadas y vuelvo a ilusionarme con el presente, sin pensar en lo que vendrá. Un mes para coger fuerzas y reconciliarme con el mundo que me rodea. Porque en verano el mundo parece un lugar más bonito.

Este mes es mi verano efímero, mi descanso y mi ensoñación. Es estos días de lluvia más típicos del otoño y que después del calor echaba casi de menos; es celebrar cumpleaños soplando las velas y pidiendo deseos compartidos; es esos días en la costa que aún nos aguardan, recorriendo carreteras sobre acantilados; es recordar ese día de fiesta en el bosque. Es el mes que necesito para renovar mis ganas.

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?