20/10/09

Esto es lo primero que voy a escribirte

Yo te pedí a muchas estrellas, y ahora están todas dibujadas en el firmamento de tu cuerpo. Un lunar por cada estrella, un lunar por cada deseo. Descubrirlos me hizo darme cuenta de que habia sido esa última, fugaz, perdida en mitad de la noche, cruzando el cielo sin destino, la que fue cazada por mi mirada para ir a parar hasta ti. Ella te guió, o me guió, o fueron los dientes de león de la primavera, o todas las margaritas deshojadas, o los jueguecitos de crías.
Mi deseo ha llegado justo cuando creía que los deseos no podían cumplirse. Mi cabeza está llena de ti, tan llena que me has dejado sin hueco para la inspiración y su compañera.

Eres mi deseo, has llegado atravesando el universo...

2/2/09

Hilvanando días

La luna estaba zurcida al techo, las estrellas prendidas con alfileres. Porque ya ni siquiera tenía el cielo para mirarlo, y recurría al falso satélite para seguir soñando. Ahora le parecía que solo le quedaba una vida de remiendos, a ratos lúcida, a ratos confusa, pero la mayor parte del tiempo vacía. Hilvanando días se perdía averiguando como llenar esos vacíos, y finalmente solo perdía el tiempo intentando enhebrar una idea. Atrás quedaban las ganas de coser un futuro distinto al presente y se iban deshilachando los recuerdos que caían de sus ojos.
Lo mismo pasó otras veces, pensaba, pero esta vez la espera era muy larga, no tenía ganas de mirar a la luna.

Y había olvidado su dedal.

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?