14/12/16

Pesadilla antes de Navidad

Llevo casi dos semanas encerrada en casa. Es lo que tiene ser una torpe declarada, que tropiezas en el primer escalón de las escaleras y acabas en el último torciéndote el pie de mala manera. Podría haber aprovechado todo este tiempo de reposo para escribir, ver más películas, estudiar alemán y leer todo el tiempo, tranquila y sin otros deberes que me distraigan ya que no puedo hacer nada más. Y en vez de eso paso horas lamentándome por mi mala suerte y pensando en lo que me estoy perdiendo, que podría haber empezado aquí de otra forma. Hace unas semanas me quejaba de que ya era Navidad de nuevo, que pereza daba, que rápido pasaba el año, y ahora no puedo dejar de añorar el mercadillo, el vino caliente, las luces en las calles y las canciones navideñas. Además el sol parece estar muy a gusto por estas latitudes, y verlo a través de la ventana brillando y no poder salir a disfrutarlo no ayuda. Y para colmo el accidente ocurrió el primer día que pasaba en la nueva casa después de la mudanza. Las cajas apiladas, los muebles sin montar, trastos amontonados en las esquinas. Y no poder moverme. Así son mis primeros días de cualquier cosa, suelen empezar con mal pie.
Aún me quedan días de convalecencia, el pie después de tanto reposo ya no responde al movimiento normal y duele a ratos, asi que ya que soy consciente de mi situación y de lo absurdo de quejarse, no se porqué no aprovecho lo que tengo y dejo de lloriquear. Si no es para tanto me repito. Solo me quedan claras dos cosas. Lo primero, lo poco tolerante que soy al dolor y a todo lo que de lejos huela a médico, lo mucho que me agobio y como vuela mi imaginación por los senderos más trágicos (nunca me recuperaré, siempre tendré dolores, me volveré a caer, me voy a quedar coja, seguro que tengo algo peor...), aunque al principio siempre sea optimista. Y lo segundo, cuanto me quiere.
Le pediré que me busque libros entre las cajas aún sin abrir, soñaré con el jamón, el cava y el turrón, y esperaré paciente para empezar esta nueva vida un poco más tarde de lo que creía, ya el año que viene.

A pesar de todo, que bien se está en casa.

27/10/16

Impasse

Cuando es domingo, está anocheciendo y el frío húmedo se mete hasta los huesos. Cuando paseas  bajo la luz anaranjada de las farolas y te fijas en las hojas que empiezan a caer. Cuando deambulas imaginando como podría ser la vida en ese nuevo lugar. Cálida. El sol que se cuela por las ventanas, el café en la terraza, el olor de la comida humeando en la cocina, una copa de vino sobre la encimera, la música del tocadiscos, un baño caliente, las mañanas en la cama. Los sueños que surgirán de esas paredes, las risas, los bailes. Como decorarás toda esa vida.
Esperas con ilusión una respuesta mientras caminas por calles en niebla, cruzando los dedos, recreando en tu mente ese lugar donde harás la próxima parada, donde guardarás tus antiguos y nuevos recuerdos.

26/1/16

En el bosque...

Porque la felicidad se comparte,
 
 
Fotos de ese día publicadas en un precioso blog francés de bodas

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?