30/10/18

Au pigeon soldat

Esta noche ha muerto por hipotermia una mujer que dormía en la calle, la han encontrado tendida a los pies de la estatua en recuerdo a las palomas mensajeras en la Primera Guerra Mundial. En nuestro barrio, a unos pasos de nuestra calle. En la misma ciudad donde unos nadan en la opulencia, otros mueren tirados a la intemperie.
Y no les vemos.  
Sans abri sobre los bancos del parque mientras los niños del vecino juegan, o resguardados en una esquina de la plaza a la salida del supermercado, o compartiendo un rincón con jóvenes que beben en la terraza de un bar.  
Sin refugio durmiendo-muriendo bajo una estatua de bronce mientras a unos pocos cientos de metros yo me dejo llevar por el sueño bajo el edredón, resguardada del frío y la lluvia de esta noche.
Y ellos nos miran desde abajo.
Palomas que comen lo que encuentran en el suelo, lo que cae porque nadie lo quiere, se olvida o se desecha. Gente olvidada, despreciada. Ha muerto y esta mañana las aves la rodeaban haciéndole compañía en su monumento.
Caída a los pies del soldado paloma, mujer paloma.

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?