24/12/11

Los días raros

Los odiaba. Por nada concreto, solo porque durante mucho tiempo les había escuchado en bucle todas las noches de Club de amigos, acaba el cd y lo volvían a poner, una y otra vez. Eso mezclado con el alcohol y mucha gente entre aquellas paredes hacía que todo girara muy melancólicamente, y la voz que cantaba se me antojaba lo más triste del mundo, más que yo. Un concierto, otro, y al tercero me quedé muda, escuchando entre un montón de gente que cantaba, bailaba y bebía sin parar porque esas canciones ya eran suyas. Ahí empecé a escucharles. Eran mis canciones, las que debería haber gritado antes.
Este diciembre he ido a uno de sus conciertos por mi propio pie, sin dejarme arrastrar, y nada más comenzar me quedé muda de nuevo, escuchando esto. Esta es mi canción de Navidad, porque son días raros.

Ábrelo, ábrelo despacio.
Di, ¿qué ves?. Dime, ¿qué ves? ¿si hay algo?;
un manantial breve y fugaz entre las manos.


Toca afinar, definir de un trazo 
Sintonizar, reagrupar pedazos 
en mi colección de medallas y de arañazos.

Ya está aquí 
¿Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador?
¿Quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos?

Aún quedan vicios por perfeccionar en los días raros,
los destaparemos en la intimidad con la punta del zapato.

Ya está aquí 
¿Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador?
¿Quién iba a decir que sin borrón no hay trato?

El futuro se vistió con el traje nuevo del emperador
¿Quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos?

Nos quedan muchos más regalos por abrir,
monedas que al girar descubran un perfil.
Ya empieza el celofán, y acaba en eco.

Vetusta Morla

1 comentario:

segunda piel dijo...

Holaaaa.! Acabo de entrar en tu blog y me quedo, me encanta.!!

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?

¿En qué estrella estará mi dulce corazón?